Las disculpas que debe Mercedes Benz
Por José Pertierra (tomado de Cubadebate)
Especial para Cubadebate
La empresa emblemática de los vehículos de lujo, Mercedes-Benz se disculpó esta semana por haber utilizado la imagen del Che Guevara en una campaña publicitaria. Su disculpa, sin embargo, es por razones equivocadas. La controversia surgió esta semana después de que el gerente de la Mercedes-Benz, Dieter Zetsche, presentó con bombos y platillos en Las Vegas una serie de comerciales para promover la venta de sus lujosos autos.
Uno de estos anuncios publicitarios incluía una gigantografía de la famosa imagen del Che Guevara en La Habana, tomada en 1960 por el fotógrafo cubano Alberto Korda. La idea de Zetsche era promover un nuevo proyecto ahorrador que Mercedes Benz llama: CarTogether. La idea es estimular la venta de los costosos vehículos con el fin de que los dueños trasporten algunos pasajeros, usando el Mercedes como si fuera un taxi particular gratuito. O sea, un almendrón ostentoso.
El gerente de Mercedes Benz dijo en su presentación: “Algunos piensan que compartir automóviles se parece al comunismo. Si es así que viva la revolución.” Y con eso proyectó en la pantalla la imagen del Che entre dos de los más lujosos automóviles que ofertan al consumidor. El uso de la imagen del Che desató contra Mercedes-Benz una feroz campaña política lidereada por un pequeño grupo de cubanoestadounidenses.
Por ejemplo, un tal Ernesto Ariel Suárez lanzó una página en Facebook en la que expresa: “Dile a Mercedes Benz que no es correcto usar la imagen de un asesino de masas”. A la contienda contra Mercedes-Benz también se sumó la ultraconservadora fundación Heritage que caracterizó al Che como “un sicópata… que mata por placer”. Los periódicos y blogs miamenses se sumaron a la cruzada. Los críticos lograron su meta. Mercedes Benz recogió pita y se disculpó.
Explicó en un comunicado: “No estábamos apoyando la vida o las acciones de este personaje histórico o la filosofía política que defendía. Les pedimos disculpas a aquellos que se sintieron ofendidos”. Verdaderamente Mercedes-Benz tiene mucho por cual disculparse, pero no por las críticas de los enemigos del Che, aquel revolucionario valiente y puro que dio su vida para que los demás vivan mejor. No.
La automotriz de origen alemán debiese disculpar por utilizar sin autorización la icónica fotografía de Korda. También disculparse ante la viuda e hijos del Che Guevara por haber asociado su imagen con la venta y compra de suntuosas pacotillas. La filosofía política que el Che defendió con su vida dice que “el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía”.
Es muy conocido que la automotriz alemana colaboró con el régimen nazi, y que su más celebre empleado fue Adolf Eichmann durante sus años de exilio en Argentina. No es tan conocido que esta empresa también colaboró estrechamente con la dictadura militar argentina, durante los años de la guerra sucia en el Cono Sur. Los familiares de algunas de sus víctimas –los trabajadores desaparecidos de la Mercedes Benz en la provincia de Buenos Aires: Oscar Alberto Alvarez Bauman, Miguel Grieco, Diego Núñez, Estaban A. Reimer, Alberto Francisco Arenas, Alberto Gigena, Fernando Omar del Conte, Jorge Leichner y Héctor Belmonte- tienen un proceso legal pendiente contra la empresa ante un tribunal federal estadounidense. (Descargue la querella judicial, en PDF- 106 Kb)
Los familiares alegan en su querella que Mercedes Benz hizo desaparecer a los sindicalistas para romper la huelga. La demanda también incluye los nombres de otros sindicalistas de la planta que sobrevivieron la represión de Mercedes Benz –Héctor Ratto, Eduardo Olasiregui, Ricardo Martin Hoffman, Eduardo Estivill, Alfredo Manuel Martín, Juan Jose Martín, José Barreiro, y Alejandro Daer. Ellos alegan que fueron secuestrados, detenidos clandestinamente y torturados con electroshock por la Seguridad del Estado argentino bajo la dirección y el control de Mercedes Benz.
Los crímenes de Mercedes Benz en la planta de Buenos Aires contra los sindicalistas ocurrieron entre 1976 y 1977. Después de una investigación interna, la compañía matriz de Mercedes Benz — Daimler AG- concluyó en diciembre de 2003 que los directores de la automotriz en Argentina le habían proporcionado los nombres y apellidos de sus trabajadores “subversivos” al régimen militar, y que el objetivo fue, sin ninguna duda, romper una huelga laboral en la planta que había paralizado la producción de automóviles.
Sin la información proporcionada por Mercedes Benz, las fuerzas de seguridad no habrían podido secuestrar, torturar y desaparecer a los sindicalistas. Evidentemente satisfecho con los métodos extraoficiales de la Seguridad de Estado para colaborar con Mercedes Benz y romper la huelga del ´77 en su planta, los ejecutivos de la empresa escribiendo un memorando interno fechado el 22 de marzo de 1977, el cual concluye: “El resultado de los métodos del gobierno fue favorable y nos abre una buena perspectiva para el desarrollo del país”. Uff.
Los “métodos” que alaba Mercedes Benz son los de lesa humanidad: Torturar, desaparecer y asesinar a los que se atreven a exigir un salario justo, mejores condiciones de trabajo y el fin a la desigualdad social. La querella alega que Mercedes Benz atropelló en Argentina la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Carta de las Naciones Unidas, la Convención Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, la Convención Internacional Contra la Tortura, el Acta para Proteger a las Víctimas de la Tortura, la ley llamada Alien Tort Claims Act y varios estatutos, leyes y regulaciones argentinos e internacionales. Es cierto que Mercedes Benz debe disculpas, pero no a los que odian al Che y calumnian su nombre ante los medios corporativos.
La disculpa se la deben a Korda, a la viuda del Che (Aleida), a sus hijos y muy especialmente a los familiares de los trabajadores argentinos que Mercedes Benz torturó, desapareció y asesinó en la década de los 70. La querella contra Mercedes Benz lleva más de 7 años pendiente ante el Juez Ronald M. Whyte, del tribunal federal de primera instancia en San Francisco. La táctica de la defensa es demorar y entorpecer el proceso lo más posible. Mientras tanto, los querellantes siguen esperando que se haga justicia.
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