domingo, 21 de agosto de 2011

La alocada ofensiva de la OTAN en Libia y su relación con el pacto de silencio impuesto por la Clinton

Han sido tantas las operaciones de propaganda de la OTAN y su séquito de medios de "información" en su guerra en Libia estos últimos días (que no iba a ser guerra, recordemos, según la ONU) que se va pasando por alto un hecho grávísimo: la madre de todas las mentiras, la invisible verdad que resplandece y que de un solo tajo desmiente todas las falsas intenciones democráticas de las potencias capitalistas de la OTAN y sus escasos socios no africanos, seleccionados entre lo más retrógrado, reaccionario y medieval del Medio Oriente.
Lo que es evidente para empezar es que esta ofensiva de la OTAN es una acción desesperada. Esto partió de la última reunión de socios de este proyecto de expropiación de Libia, del llamado Grupo de Contacto, sostenida en alguna ciudadela de Oriente Medio, donde es muy posible que gobierne una siniestra monarquía medieval, de esas a las que las potencias capitalistas, por supuesto, amparan de toda falsa imputación de torturas sistemáticas, o métodos antidemocráticos.
La actual ofensiva conjunta de bombas y falsas informaciones sostenidas por los aviones y helicópteros, de una parte, y por los medios dominantes, y muchos de los otros, por otra parte, puede haber sido disparada por un mismo hecho que vuelvo a decir, aunque es público, reina en su invisibilidad.
Porque, para empezar, ¿por qué amanecieron tan urgidos con la necesidad un gesto tan inminente "como el "asalto a Tripoli? Según todo el contexto en el que hay que diagnosticar esta agonizante energía que le ha brotado a la OTAN y sus aliados,  en el Ramadán, la fuente del acceso febril estaría en que varios de los gobiernos buitres, de puertas hacia adentro, están verdaderamente exhaustos y no quieren seguir. Incluído el británico, según confesara hace menos de un mes un alto funcionario del ejército, que fue callado inmediatamente. No hay carne para tanto asado, parece que dijo. Siguiendo este fácil diagnóstico, la alianza titubeante de la OTAN tiene las horas contadas, porque están a punto de encenderse nuevamente todas las alarmas, pitidos y luces rojas. ¿O es que nos hemos olvidado que hace menos de un mes ya estalló un amago de disenso entre varios de los embrutecidos gobiernos capitalistas? (Y piensan embrutecerse aún más, incluso contra sus propios pueblos, en su escapada alocada para escapar de su profunda crisis, hacia adelante, hacia el abismo que disimule la caída en picada de sus economías). Las que menos chistaron con la carga que se pide de ellas, son las modélicas monarquías medievales como Arabia Saudita, Katar u otros paraísos democráticos en los que Occidente capitalista se mira en un espejo y deposita en ellas toda su confianza en Medio Oriente. Fuera de Israel, que es la hija de sus ojos, aunque asesine en público.
No recuerdo dónde fue la última de estas reuniones del Grupo de Contacto, siempre convocadas por Hillary Clinton, para fogonear su guerra en Libia. Tal vez fuera en Estambul, o tal vez hubo una siguiente. Fue antecedida, eso si, por un huracán de trascendidos neuróticos de varios de sus agonizantes socios (entre ellos Italia, y otros) que amagaban desengancharse del gigantesco agujero que les está provocando esta guerra que, otra vez repitiendo el guión, iba ser rápida y expeditiva y les resultó eterna, con sus maltrechas economías soplándoles en el cuello. Guerra duradera, parafraseando al último Bush.
Se sabe todo esto de las crisis de nervios, es previsible que esté sucediendo o no haya dejado de suceder, tras bambalinas, en la lavandería donde esconden su ropa sucia, solo que no lo publican actualmente. ¡Cómo extrañamos a wilileaks! El repentino silencio al que se llamaron todos los socios tuvo un origen, seguramente. Hubo, quien lo duda, una fuerte orden de tuttis mutis en aquella última cumbre de asociados en grupo de contacto al futuro pastel libio. La orden fue no ventilar los trapitos sucios fuera de casa. No lo dicen ahora , pero igual lo piensan dos veces, Italia, España y otros muchos más en igual situación. No pueden dejar de pensarlo porque los gastos crecen, astronómicamente, y las noticias optimistas que traen los diarios acerca de un inminente desenlace en la guerra a Libia, no reducen el agujero presupuestario que se ahonda con cada nueva incursión, con cada bomba, con cada día que pasan las fragatas, submarinos, portaaviones y otros lujosos juguetes, en tierras ajenas. Cada nuevo día que pasa alguien deben pensarlo con más urgencia, aunque estén amordazados por un pacto de silencio. Como en la camorra. Y tanto derroche "democrático",  se da en un estado crónico de turbulencias recurrentes de sus economías trabadas, atrofiadas, abismadas. Mientras los guerreros "por la libertad" de la OTAN atacan y derrochan miles de millones en gastos militares, simultáneamente, culpan a los antiguos  planes sociales de los gobiernos que los precedieron, o en los que cayeron ellos mismos, como por descuido, porque se decían socialistas, de ser el origen de sus déficits presupuestarios inmanejables. Todo este coro demente de ejecutivos buitres y medios de desinformación no menos abuitrizados, sostienen la necesidad de reducir los gastos sociales al mismo tiempo que aprueban el despilfarro de recursos invertidos en esta guerra alocada: la nueva boca insaciable que se agregó a las otras aventuras militares en que la OTAN está apresada y calcificada en el resto del mundo y adonde desaparecen todos los presupuestos, incluídos los del futuro.
Por otra parte lo que persiguen los gobiernos, y medios empresariales abuitrizados, incluyendo falsimedia, a coro, siendo sus ideales democráticos del estilo furioso y pragmático, ya fue develado, por una filtración publicada hace unos días.  El proyecto estaba diseñado minuciosamente y fue planeado y escrito mucho antes de que la intentona golpista actual de la OTAN en Libia, se pusiera en marcha exteriormente. Por lo tanto señores, acá no se improvisa: existía ya un plan de "liberalización" de Libia, un proyecto capitalista de colonización de ese país, amparado en la infaltable mala pata coja criolla que siempre aparece y aparecerá en las aventuras coloniales. La liberalización sin atenuantes de las posibilidades de acción de los ricos, para esclavizar libremente al resto, a los no ricos.
La actual guerra en Libia, quien lo duda?, es una guerra de la OTAN que solo utiliza temporalmente a sus aliados libios como una excusa perfecta para poder violentar impunemente la letra, ya venenosa, de la resolución 1973 de la ONU. Esta es la resolución, recordemos, que el Consejo de Seguridad dejó pasar ingenuamente, tratándose del caso de la mayoría de los votantes de la misma o, malévolamente, como en el caso de las potencias que fogonearon torcidamente esta humanitaria resolución para, a continuación, dedicarse a bombardear a Libia, sin pisar nunca el suelo, eso si vale, desde helicópteros vale, dicen cínicamente, y arrasan con miles de muertos, cientos de niños y mujeres entre ellos, y de paso, con las infraestructuras civiles de un país soberano que estaba desarrollándose. Pero la excusa de la OTAN y los estados buitres, poniéndose a la sombra en los papeles protagónicos de esta canallada, que en realidad ellos dirigen y ejecutan esencialmente con ataques aéreos, no se sostiene ni con las sobreactuadas operaciones terrestres de sus aliados "libios", porque según se sabe, crecientemente, forman parte esencial de este ejército de tierra con que cuenta la OTAN, extranjeros mercenarios, mercenarios europeos pagados por las potencias capitalistas (blackwater, y otros sellos)  además de guerreros de alkaeda provenientes de Afganistán y otros países del mundo musulmán. Sobre la documentación que prueba la presencia de estos mercenarios extranjeros occidentales y de los otros, combatiendo en el ejército "rebelde" y "libio" al mando de la OTAN, se puede ver, por ejemplo, este pequeño listado de pruebas contundentes.

http://leonorenlibia.blogspot.com/2011/08/mercenarios-y-asesores-militares.html
 
Esta guerra, recordemos, que sin cobertura de la OTAN y con la completa oposición del resto de África, ejecuta actualmente una matanza indiscriminada, de mujeres, niños y civiles con un grado de  impunidad mediática nunca-antes-visto.
El hecho escandaloso al que antes aludia y que se está pasando por alto, además, es lo que ocurrió finalmente, después del asesinato de Younis, el máximo dirigente militar de los rebeldes, después que fuera detenido por enviados del CNT rebelde.  Con la muerte anunciada, fue ejecutado con  alevosía. Lo más curioso del caso vino después. ¡Entonces hubo un segundo golpe de estado que desalojó al Consejo que había hecho el primero. Ambos azuzados por la OTAN!
Ahora, en el inicio  del segundo golpe de estado, Mustafa Abdul Jalil, el siniestro personaje que lideraba el primer consejo "comunitario", después de ser el ministro de Gadaffi y pasarse al golpe,  anunció la muerte de su aliado Younis y los dos coroneles que lo acompañaban, vertiendo tres tristes lágrimas de cocodrilo sobreactuadísimas, mientras trataba de culpabilizar, de rebote, al ejército de Gadaffi. Al final, en un gesto que precedió justamente a esta ofensiva, terminó por aprovechar el movimiento producido por esta alevosa muerte de su máximo jefe militar, a todas luces ejecutada por su facción o alguna otra faccion a la que ampara. Aprovechando la polvareda se cargó al resto del "consejo" y asumiendo personalmente todo el poder, arrojando de paso una nueva nube de humo a la investigación del horripilanate crimen que prometió con sus ojitos de pillo consumado. De esto los medios, ni medio. Total, pensaran, la mayoría de este Consejo Nacional de Transición eran anónimos, asi que por ahí ni se enteran que han sido desalojados por un golpe de estado. Un golpe de estado acaba de ser ejecutado en público dentro de otro golpe de estado. Pero los medios ni mu.
Recordemos que aquel sello de un "Consejo" Nacional de Transición   en el que se apoya esta nueva invasión extranjera, aludía al hecho de que éste estaba constituído nominalmente por treinta o treinta y tres personas. Fuera de los miembros notorios, que eram todos ex ministros del gobierno de Gadaffi, con estrechos lazos de formación y pensamiento con el liberalismo más salvaje con EEUU y la UE,  la mayoría de este "consejo", formado además por abogados  y empresarios, estuvo siempre en las sombras, en el anonimato, por su seguridad, explicaban los medios, muy comprensivos. Ya sabemos entonces que este Consejo Nacional de Transición, no era un "consejo" y menos lo es ahora cuando asumió la dirección total "el" hombre de la OTAN. El secuestro de Younes y su posterior asesinato incluída la quema de su cuerpo, ya habían sido anunciados, y ocurrió a los ojos del mundo. Fue ajusticiado por un comando "rebelde" innominado, que permanece(rá) impune.
Este vacío de poder que representa la ascensión al poder absoluto de este hombre de la OTAN que desplazó de un manotazo a la tribu de Younis, y a otras tribus y sectores, ¿no puede acaso haber sido, además de las urgencias presupuestarias antes referidas, el hecho desencadenante de esta insensata ofensiva "relámpago" que se produjo casi, parece, para tapar este último golpe de estado?
La segunda palabra que conforma este sello infame del CNT de Libia, al que se han apurado en ir reconociendo las potencias colonizadoras es, justamente, "nacional". Es otra palabra que hay que poner en duda. Ya sabemos, las aventuras colonialistas necesitan una bandera patria sostenida por opositores apátridas dispuestos a entregar los recursos de su país, a cambio de una acuerdo conveniente con los invasores. Estos "nacionalistas" de Libia, estos "rebeldes" apatrinados, en cuanto pudieron subir, en forma temblequeante, su bandera a un poste, pidieron que los ejércitos de las potencias imperialistas atacaran a Libia, su propio país.
En tercer lugar, si, habrá seguramente una transición, que es lo único cierto en la referencia de este sello de la CNT libia, pero no será tan fácil, y ojalá, eso si, no regida por los designios impunes y colonizadores de la OTAN.

(Entre paréntesis, para finalizar, si hay algo que demuestra el territorio de impunidad en que se mueven actualmente los medios de comunicación, es que ya no rectifican. La mentira es continua y los medios no recurren ya a la antigua táctica del desmentido en letras pequeñas, en un espacio casi invisible. Los medios actualmente campean en un territorio en el que saben que su clientela responde a las consignas emocionales con que manejan su guerra de información, una vez que ya han satanizado apropiadamente a su objetivo. Los que ya tomaron partido, entre ellos algunos que estuvieron en contra de otras guerras, ahora no requieren rectificaciones una vez que se probara que, nuevamente, los fondos buitres, repito, incluidos gobiernos, empresarios y medios, habían iniciado una nueva guerra con información podrida. El que tomó partido contra Gadaffi, y, según parece, contra una gran parte del pueblo libio que sigue apoyando aún al gobierno libio aunque éste esté jaqueado por el ejército más poderoso del mundo, no busca la verdad seguramente. La verdad quedó oculta en el centro de una bola loca de mentiras que se despeña por el precipicio del cinismo:  constituye la verdad esencial del modo de vivir, de pensar y de actuar de la clase rica empresarial, especuladora, dueña del accionar tanto de los gobiernos, como de los medios).

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