viernes, 26 de agosto de 2011

LIBIA: La vasta mayoría del mundo ha sido engañada. (para releer, puñalada a puñalada)

  Un breve extracto de una publicación actual, para volver luego, más abajo, a  una extensa transcripción de las intervenciones de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, que, tal como se evidencia en las mismas, fueron engañados por EEUU, Inglaterra y Francia, cuando al comienzo de esta guerra (que no es guerra), dieron pie a la horrenda resolución 1973. Esta nueva clase de guerra no declarada contra Libia muestra la emergencia abierta, impúdica y descarada del poder fascista internacional de la OTAN, cobijado por los medios dominantes. (casi todos, en realidad) "Todo el poder para el fascismo" "Uso indiscriminado de la violencia solo para defender al neoliberalismo" "Nadie excepto los poderes mundiales fascistas tienen derecho a tener armas porque serán acusados de terrorismo" Estas impactantes banderas expresan la nueva cultura que imponen paso a paso los estados empresarios y medios buitres.

"Esto es la guerra en todo menos en nombre", señala Michel Chossudovsky. "Estos son crímenes de guerra en todos sino nombre. Y los medios de comunicación occidentales son cómplices en estos crímenes de guerra. Los medios de comunicación occidentales han hecho absurdos aceptable a través de su no presentación de informes y la distorsión de los crímenes de las potencias de la OTAN. Si la gente puede hacer creer cosas absurdas , entonces se puede hacer para aceptar las atrocidades. "

Libia puede ser visto como el pináculo de la función orwelliana - lo que significa el punto más bajo en el razonamiento normal. En su incesante de un solo ojo cobertura de Libia, los medios occidentales ha sido el ministerio de la desinformación de la OTAN.

Durante cinco meses, el bombardeo de Libia se ha presentado en los medios de comunicación como "responsabilidad de proteger a los civiles". El hecho de que la OTAN ha ido mucho más allá incluso de los términos falsos de su mandato de la ONU para que actúe como una fuerza aérea para allanar el camino para una insurrección menor de edad no se informó, el hecho de que las muertes de civiles causadas por aviones de la OTAN no se informa, el hecho de que fuerzas de la OTAN especiales han llevado a los insurgentes en el suelo no se ha informado, el hecho de que los gobiernos occidentales han colaborado con los regímenes despóticos árabes de Arabia Saudita y Qatar para desmantelar a un gobierno soberano y hacerse con el control de sus enormes reservas de petróleo no se ha informado

Al mismo tiempo, los medios de comunicación occidentales han colaborado con las potencias de la OTAN para lobotomise verdad, la realidad y el lenguaje normal para ocultar los crímenes de guerra - el último episodio de ahora el "triunfo de Trípoli".

http://allafrica.com/stories/201108241083.html

Killing the Truth: Western Mainstream Media Complicit in NATO War Crimes in Libya 
by Finian Cunningham.

 La muy próxima Asamblea General de la ONU, en cuya fecha  inminente, el 2 de setiembre se les acaba la vigencia de la maldita resolución 1973, parece haber sido uno de los detonantes principales para esta ofensiva de la OTAN con escena de la plaza verde, filmada previamente en Katar, incluída, con la cooperación valiosísima de los medios.  Ahora publico (o vuelvo a publicar, porque ya lo hice hace 4 meses) una detallada transcripción del diálogo que muestra el fraude inicial con que los Estados Buitres iniciaron esta guerra:

 En Libia y por doquier: "La vasta mayoría del mundo" ha sido traicionada una vez más.

La principal diferencia, se dice, entre Irak y Libia es que aquella fue una guerra ilegal, totalmente ilegal, mientras que esta última no, porque se ha hecho a través del paraguas de una resolución de la ONU.  Asi razonan los que comprenden dolorosamente esta acción, además de los que la celebran efusivamente.

Cuando después de la confusión inicial se pruebe, una vez más, se evidencie una vez más, que esta otra guerra fue, también, otra vez, ilegal, entonces, como sucede ahora con Irak, se tratará de un hecho consumado. ¿Quien recuerda, o en qué repercute ahora contra los gobiernos atacantes de aquel momento que aquella haya sido una guerra ilegal?

La legalidad de esta guerra no importa más que para sostener a los dubitativos detrás de la verdad trufada que trasmiten hoy los medios.

Pero tanto los que celebran esta guerra como los que la comprenden están equivocados, porque las bases legales de esta guerra son un fraude.

Construyen febrilmente el nuevo monumento que celebra, quizás anticipadamente, el arribo y triunfo del liberalismo, en su fase neo paleolítica, al norte de África. El edificio es una síntesis conceptual que redirige y asimila provechosamente  los movimientos de rebelión  que se hicieron visibles en los últimos meses en varios países árabes.  La construcción, a medias planeada cuidadosamente, y a medias ejecutada con improvisación, semeja una ola de tsunami. Se empina vertiginosamente a medida que pasan los días, las horas, vamos, y aunque achacada por crecientes temblores, ya despunta más allá de las nubes. La gigantesca mole africana con vistas al Mediterráneo no cuenta, sin embargo, con cimientos muy sólidos y a medida que asciende y sitúa a sus febriles ocupantes, literalmente en la nubes, se estremece y amenaza con precipitarse.

Los emprendedores buitres han construido un edificio monstruoso que se desmigaja desde su base. Aunque su torre gigantesca va a derrumbarse, mientras tanto, agregan pisos cada hora, suben más alto en el cielo de la especulación geopolítica del neoliberalismo paleolítico.

El nuevo trío generó su base para la guerra, la sonada resolución 1973, a través un acuerdo mayoritario con el resto de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, y a continuación los traicionó.

El soporte irrestricto de los medios afines a los sinuosos caminos de ocultamiento que han llevado a cabo las autoridades de EEUU para esconder su protagonismo en esta guerra, difundiendo como dudas u oposiciones las maniobras de distracción, no pueden ocultar sin embargo el hecho de que EEUU ha preparado y fogoneado la resolución guerrera, ha iniciado la guerra, y se ha retirado a un segundo plano, dejando a sus aliados occidentales la mayor parte de la carga económica y física de los bombardeos.

El tipo de maniobras previas plagadas de simulacros para obtener finalmente esta aprobación provino de la certeza que tenía el brioso trío formado por Obama, Napoleón Sarkozy y cachorro Blair, de que la mayoría de los miembros del Consejo se opondría en esa instancia a desencadenar una guerra. Como efectivamente consta en las transcripciones que ahora copio, para que se recuerde el hecho en toda su significación. 

El trío guerrerista logró birlar el objetivo general de la reunión del Consejo de Seguridad gracias a una discusión apresurada, con un proyecto de resolución (que fue copropiciado además por Líbano), mal escrito, intencionalmente, como se verá en seguida, y sobre todo gracias al certero cálculo con el que pudieron anticipar la incapacidad de reacción real y objetiva del resto de los lentos firmantes de la histórica resolución, que se opusieron sin embargo, claramente, a la opción de iniciar una guerra.

Lo que siguió a continuación, después del primer texto propiciatorio es una contínua anexión fraudulenta de acciones que tergiversan aún más la nítida intención originaria contraria a entablar una guerra como lo expresó explicitamente la vasta mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad en esa votación. Lo que sigue son pruebas irrefutables de que hubo una estafa.

A continuación se reproducen dichos citas textuales de los representantes de la mayoría de los países miembros del Consejo de Seguridad, apenas concluida la votación de la resolución 1973, el pasado 17 de marzo, cuando se aprobó inadvertidamente el inicio fraudulento de esta guerra. Sumados los que votaron a favor, mientras confiaban en las reiteradas promesas incumplidas del trío promotor de ese texto, a los que se abstuvieron, con un poco más de olfato, constituyen una vasta y clara mayoría de países que dijeron "no a una nueva guerra". Aunque, como se vió inmediatamente después, el cumplimiento de los mandatos es algo que no abunda en las tierras del liberalismo capitalista (neo paleolítico). Estas son las posiciones de los distintos países:

Sr. Salam (Líbano) :

"Es muy evidente que el Líbano, que ha sufrido las atrocidades de la guerra y la violencia, nunca abogaría por el uso de la fuerza ni apoyaría la guerra en ninguna parte del mundo, mucho menos en el hermano país de Libia. Por consiguiente, el Líbano espera que la resolución aprobada hoy tenga un efecto disuasivo, garantice que las autoridades libias dejen de utilizar todo tipo de violencia contra su propio pueblo y evite el uso de la fuerza.
Como hicimos durante las distintas etapas de las negociaciones que culminaron con la aprobación de esta resolución, deseo reiterar la importancia y la necesidad del pleno respeto de la soberanía y la integridad territorial de Libia.  (…) Comprendemos plenamente que las disposiciones y las medidas estipuladas en la resolución no pueden por sí solas garantizar la estabilidad en Libia. Por consiguiente, reiteramos la importancia de que se realicen esfuerzos por lograr una solución pacífica de la situación en Libia. Respaldamos la misión del Enviado Especial del Secretario General, Sr. Abdel-Elah Al-Khatib".
Frente al gran sufrimiento de la población libia, la pérdida de vidas y los grandes peligros que aún existen, aunque esta resolución no está a la altura de nuestras expectativas, esperamos que entrañe muchas esperanzas de un futuro mejor para Libia y su valiente pueblo.
(Hay que recordar que este embajador fue uno de los copatrocinantes, junto al trío, del proyecto de resolución y en su exposición puede verse más que en ninguna otra el tamaño-del-engaño al que se lo sometió, la patética distancia entre sus intenciones declaradas y el destino práctico que acabó teniendo esta resolución, si creemos mínimamente en la honestidad de los dichos del embajador y la posición de su gobierno)

Sr. Wittig (Alemania) :

"Las decisiones sobre el uso de la fuerza militar siempre son extremadamente difíciles de adoptar. Hemos considerado detenidamente la opción de utilizar la fuerza militar, sus consecuencias y sus limitaciones. Percibimos que hay grandes riesgos. No debemos subestimar la posibilidad de que se pierda un gran número de vidas. Si las medidas propuestas resultan ineficaces, corremos el riesgo de vernos sumidos en un conflicto militar prolongado que podría afectar a la región en general. No debemos emprender un enfrentamiento militar dando por sentado, de manera optimista, que se obtendrán resultados rápidos y con pocas bajas.
Por consiguiente, Alemania decidió no apoyar la opción militar, que se prevé en particular en los párrafos 4 y 8 de la resolución. Además, Alemania no contribuirá a ese esfuerzo militar con sus fuerzas propias".

Sr. Manjeev Singh Puri (India)

"Deploramos el uso de la fuerza, que es totalmente inaceptable y al cual no hay que recurrir.
El Secretario General ha nombrado a un Enviado Especial, que acaba de visitar Libia. Apoyamos su nombramiento y su misión. No obstante, todavía no hemos podido contar con un informe suyo, ni siquiera un informe de la Secretaría sobre sus apreciaciones. El informe nos hubiera proporcionado un análisis objetivo de la situación sobre el terreno. La Unión Africana también está enviando a un grupo de alto nivel a Libia para desplegar esfuerzos serios destinados a lograr el fin pacífico de la crisis. Debemos recalcar la importancia de los esfuerzos políticos, en particular los del Enviado Especial del Secretario General, por abordar la situación.
Hoy el Consejo ha aprobado una resolución en la que se autorizan medidas de gran alcance con arreglo al Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, teniendo relativamente poca información fidedigna acerca de la situación sobre el terreno en Libia. Además, tampoco tenemos información clara sobre los pormenores de las medidas de aplicación, entre otros, quien participará y con qué recursos, y cómo se llevarán a cabo exactamente estas medidas. Por supuesto, es muy importante que se respeten plenamente la soberanía, la unidad y la integridad territorial de Libia.
Las medidas financieras que se proponen en la resolución podrían repercutir directamente o por vías indirectas sobre las actuales actividades de comercio e inversión de varios Estados Miembros, afectando negativamente los intereses económicos del pueblo libio y de otros que dependen de estos vínculos comerciales y económicos. Además, debemos velar por que las medidas mitiguen una situación ya de por sí difícil para el pueblo libio, en lugar de exacerbarla. Hubiera sido muy importante que en la resolución se explicaran con claridad los posibles efectos indirectos de estas medidas".

Sra. Viotti (Brasil):

"Condenamos el hecho de que las autoridades libias no se atengan a las obligaciones que tienen con arreglo al derecho internacional humanitario y las normas de derechos humanos. También tuvimos presente el llamamiento de la Liga de los Estados Árabes para que se adopten medidas enérgicas a fin de detener la violencia a través de una zona de prohibición de vuelos. Somos sensibles a ese llamamiento y entendemos y compartimos las inquietudes de la Liga.
Opinamos que en el texto de la resolución 1973 (2011) se contemplan medidas que van mucho más allá de ese llamamiento. No estamos convencidos de que el uso de la fuerza previsto en el párrafo 4 de la resolución lleve a lograr nuestro objetivo común: el fin inmediato de la violencia y la protección de los civiles. También nos preocupa que dichas medidas pudieran tener el efecto no buscado de agravar la tensión sobre el terreno y provocar más mal que bien precisamente a los civiles que nos comprometemos a proteger.
Muchos comentaristas juiciosos han señalado que un aspecto importante del movimiento popular en el norte de África y el Oriente Medio es su naturaleza espontánea y autóctona. Nos preocupa también la posibilidad de que el uso de la fuerza militar, según se contempla en el párrafo 4 de la resolución de hoy, pudiera cambiar ese razonamiento con posibles repercusiones graves para la situación en Libia y en otros lugares.
Para proteger a los civiles, garantizar una solución duradera y abordar las reivindicaciones legítimas del pueblo libio hacen falta diplomacia y diálogo. Apoyamos los esfuerzos que están desplegando en este sentido el Enviado Especial del Secretario General y la Unión Africana. También celebramos que en la resolución de hoy se incluyan los párrafos de la parte dispositiva en los que se exige una cesación del fuego inmediata y el fin absoluto de la violencia y de todos los ataques contra civiles y se recalca la necesidad de redoblar los esfuerzos tendientes a introducir las reformas políticas necesarias para una solución pacífica y sostenible. Esperamos que estos esfuerzos prosigan y den fruto".

Sr. Churkin (Federación de Rusia):

"...la Liga de los Estados Árabes recurrió al Consejo de Seguridad para solicitarle que adoptara medidas inmediatas para garantizar la protección de los civiles de Libia, incluido el establecimiento de una zona de exclusión de vuelos en el espacio aéreo libio. Prestamos plena atención a esa solicitud. Participamos activamente en las deliberaciones sobre el proyecto de resolución. Lamentablemente, la labor sobre ese documento no se realizó siguiendo la práctica habitual del Consejo de Seguridad. En esencia, toda una gama de preguntas que Rusia y otros miembros del Consejo formularon siguieron sin respuesta. Eran preguntas concretas y legítimas, que se referían a la manera en que se establecería la zona de prohibición de vuelos, cuáles serían las normas para entablar combate y cuáles serían los límites para el uso de la fuerza.
Además, el texto se transformó ante nuestros propios ojos, trascendiendo el concepto inicial enunciado por la Liga de los Estados Árabes. Se introdujeron en el texto disposiciones que podrían abrir las puertas a una intervención militar en gran escala.
Durante las negociaciones sobre el proyecto se escucharon declaraciones en las que se afirmaba que no había ninguna intención de esa índole. Tomamos nota de ello. Quisiera hacer hincapié una vez más en que abogamos de manera invariable y firme por la protección de la protección civil. (…)
Ahora bien, estamos convencidos de que la manera más rápida de garantizar una seguridad sólida para la población civil y la estabilización a largo plazo de la situación de Libia es una cesación del fuego inmediata. Este era, concretamente, el objetivo del proyecto de resolución que presentamos al Consejo de Seguridad el 16 de marzo, en el cual se respaldaban los esfuerzos pertinentes del Enviado Especial del Secretario General, del Consejo de Derechos Humanos y de la Unión Africana, y se subrayaba la necesidad de que se lograra una solución pacífica para la situación imperante en Libia.
La delegación de Rusia propuso en reiteradas ocasiones que se aprobara este proyecto de resolución sin demora a fin de salvar numerosas vidas humanas. Gozamos del apoyo de varios miembros del Consejo, lo cual agradecemos. No obstante, prevaleció la pasión de algunos miembros del Consejo por los métodos que incluyen el uso de la fuerza. Este es un hecho muy infortunado y lamentable.
La responsabilidad por las inevitables consecuencias humanitarias del uso excesivo de la fuerza exterior en Libia recaerá plenamente en los que adopten esa medida. Si esto llegara a suceder, entonces no solo sufriría la población civil de Libia, sino también la causa de la defensa de la paz y la seguridad en toda la región del África septentrional y del Oriente Medio. Hay que evitar que ocurran hechos tan desestabilizadores".

Sr. Moraes Cabral (Portugal):

"Hoy votamos a favor de la resolución porque consideramos que cumple esos objetivos esenciales, a saber, establecer una cesación del fuego inmediata, poner fin a la violencia, proteger a los civiles, permitir la provisión de asistencia humanitaria sin obstáculos y dar paso a un diálogo nacional entre los libios que propicie el establecimiento de un Estado democrático que garantice la soberanía, la independencia, la integridad territorial y la unidad nacional del país, como lo desea el pueblo de Libia.
En ese contexto, apoyamos plenamente la misión encomendada por el Secretario General al Sr. Al-Khatib y sus esfuerzos para hallar una solución sostenible y pacífica para esta crisis, de la misma forma que respaldamos los esfuerzos de la Liga de los Estados Árabes y de la Unión Africana en ese mismo sentido".
Sra. Ogwu (Nigeria):
"Como miembro del Consejo de Seguridad y miembro de la Unión Africana, Nigeria sostiene que la ocupación extranjera no es una opción para asegurar la paz en Libia. Reconocemos el lenguaje de la resolución 1973 (2011) que descarta concretamente esa posibilidad, limitando las acciones de los Estados que desean desempeñar un papel en la búsqueda de la paz. Además, nos guía nuestra determinación absoluta de respetar la unidad y la integridad territorial de Libia. También nos alienta que en la resolución se respalde la senda política para la solución del conflicto, destacando, como lo hace, los esfuerzos de la comisión de alto nivel de la Unión Africana, del Enviado Especial del Secretario General y de otros interlocutores".

Sr. Sangqu (Sudáfrica):

"Sudáfrica se siente profundamente preocupada por el deterioro político y humanitario en Libia, que se está convirtiendo rápidamente en una auténtica guerra civil. Tenemos la esperanza de que la situación en Libia se resuelva de manera pacífica, de acuerdo con la voluntad del pueblo libio. Es necesario encontrar una solución política general que respete la democracia, la reforma política, la justicia, los derechos humanos y las necesidades de desarrollo socioeconómico del pueblo libio, con el fin de asegurar la paz y la estabilidad a largo plazo. Esa solución también debe preservar la unidad, la soberanía y la integridad territorial de Libia.
Es en ese contexto que Sudáfrica elogia la decisión del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana de enviar a Libia una comisión especial de alto nivel con el fin de intensificar los esfuerzos para encontrar una solución política duradera para la crisis en ese país, en el mejor interés de su pueblo. Exhortamos a dicha comisión, de la cual Sudáfrica es miembro, a trabajar en estrecha cooperación con el Enviado Especial del Secretario General para Libia y la Liga de los Estados Árabes a fin de coordinar la búsqueda de una solución política al respecto.
(…) Como cuestión de principio, hemos apoyado esta resolución, con las reservas necesarias, para preservar la soberanía y la integridad territorial de Libia y rechazar cualquier ocupación extranjera o intervención militar unilateral con el pretexto de proteger a los civiles. Esperamos que esta resolución se aplique respetando plenamente su letra y su espíritu. Ello es consecuente con la decisión del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana de respetar la unidad y la integridad territorial de Libia y con su rechazo de cualquier intervención militar extranjera, independientemente de la forma que ésta tome".

Sr. Li Baodong (China):

"China siempre ha destacado que el Consejo de Seguridad, al adoptar sus medidas pertinentes, debe acatar la Carta de las Naciones Unidas y las normas que rigen el derecho internacional; debe respetar la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Libia y debe resolver la crisis actual en Libia por medios pacíficos.
China siempre se ha opuesto al uso de la fuerza en las relaciones internacionales. En las consultas del Consejo de Seguridad sobre la resolución 1973 (2011), China y otros miembros del Consejo planteamos preguntas concretas. Sin embargo, lamentablemente, muchas de esas preguntas no recibieron respuesta ni fueron aclaradas. China tiene serias dificultades con algunos pasajes de la resolución.
(…) Apoyamos al Enviado Especial del Secretario General para Libia, así como los constantes esfuerzos de la Unión Africana y de la Liga de Estados Árabes para resolver la actual crisis en Libia por medios pacíficos".

Sir Mark Lyall Grant (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte):

"Se descarta el empleo de una fuerza de ocupación extranjera de cualquier tipo en cualquier parte del territorio libio. Se impone un conjunto de medidas adicionales, incluidas medidas importantes encaminadas a hacer cumplir estrictamente el embargo de armas y denegar al régimen el acceso a los fondos".
(Notar que como miembro del trío el embajador inglés, advertido quizás del desarrollo inmediatamente posterior, o sea los bombardeos, no se refiere en ningún momento a la misión la misión del Enviado Especial del Secretario General de la ONU, Sr. Abdel-Elah Al-Khatib).


Descartamos las transcriptions de las intervenciones de Alain Juppe (Francia), Sra. Rice (Estados Unidos de América), Sr. Barbalić (Bosnia y Herzegovina) y el Sr. Osorio (Colombia). Las mismas no contienen ningún llamamiento a la paz y todos, sugestivamente, pasan por alto la existencia de una misión especial del Enviado Especial del Secretario General, Sr. Abdel-Elah Al-Khatib.

Tampoco figura la intervención de Gabón, si la hubo, porque no aparece en esta transcripción hecha por LaRed Voltarire.

Habrá nuevamente que esperar a las futuras filtraciones para saber toda la gama de "juego sucio" que se movió acá, siguiendo no solo el lenguaje de la Clinton, sino sus acciones tras bambalinas.

Como se ve claramente en las transcripciones de los países miembros del CS de ese día, no solo los que se abstuvieron sino la casi totalidad de los que votaron afirmativamente, luego de estampar sus firmas pidieron expresamente descartar acciones militares generalizadas y pidieron masivamente seguir con la misión especial del Sr. Abdel-Elah Al-Khatib, que buscaba la posibilidad de una alto del fuego y una salida pacífica y que fue abortada por la cortina de bombas que siguió a la firma de la bendita resolución. Como se reveló a continuación, casi de inmediato, el apoyo a regañadientes o las abstenciones a la letra trampeada y su consiguiente sobre-interpretación o lectura fraudulenta, dieron pie a la nueva aventura de expansión del modelo liberal neo paleolítico. Esta vez, en el norte de África.

Menos de un mes después, ya embarrados hasta el cuello en una guerra civil fogoneada por la injerencia extranjera, el canciller inglés, Hague, urgiendo a sus reticentes socios de Europa y de las tiranías árabes arropadas por occidente, para que entreguen más recursos para esta nueva guerra estacada, dijo en Doha, el 13 de abril pasado, que "la vasta mayoría del mundo acuerda en que Gaddafi se debe ir".

Por lo pronto lo que se evidencia en las intervenciones citadas, siguiendo al cínico Mr Hague, "la vasta mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad", fue traicionada ese día 17 de marzo, como se deduce de las transcripciones copiadas más arriba.

Una amplísima mayoría votó la resolución, temblando, y solo gracias a las explícitas promesas de parte de sus promotores de que la misma no engendraría una acción armada abierta como la que tenían premeditada. Como puede verse en diez de las intervenciones, en vez de apoyar la guerra que el trío tenía debajo de la manga los países representados, fuera de los previsibles votos colonizados de Bosnia y Colombia, y de los propios miembros del trío, apoyaron  "plenamente la misión encomendada por el Secretario General al Sr. Al-Khatib y sus esfuerzos para hallar una solución sostenible y pacífica para esta crisis, de la misma forma que respaldamos los esfuerzos de la Liga de los Estados Árabes y de la Unión Africana en ese mismo sentido", como dijo el representante de Portugal.

¿Qué fue lo que sucedió con esa misión de exploración de un acuerdo de paz? Para explicarlo hay que agregar las continuas referencias a innumerables irregularidades que se registraron durante ese debate entre ellas, como subrayó el embajador de la India, en ese momento, y no es un dato menor, que "El Secretario General ha nombrado a un Enviado Especial, que acaba de visitar Libia. Apoyamos su nombramiento y su misión. No obstante, todavía no hemos podido contar con un informe suyo, ni siquiera un informe de la Secretaría sobre sus apreciaciones. El informe nos hubiera proporcionado un análisis objetivo de la situación sobre el terreno." Aún esperamos una respuesta a este ocultamiento.

La violación de los procedimientos habituales quedó estampada en este párrafo que el embajador de Rusia, dijo al acabar la votación y que ahora repito: "lamentablemente, la labor sobre ese documento no se realizó siguiendo la práctica habitual del Consejo de Seguridad. En esencia, toda una gama de preguntas que Rusia y otros miembros del Consejo formularon siguieron sin respuesta. Eran preguntas concretas y legítimas, que se referían a la manera en que se establecería la zona de prohibición de vuelos, cuáles serían las normas para entablar combate y cuáles serían los límites para el uso de la fuerza.
Además, el texto se transformó ante nuestros propios ojos, trascendiendo el concepto inicial enunciado por la Liga de los Estados Árabes. Se introdujeron en el texto disposiciones que podrían abrir las puertas a una intervención militar en gran escala".

La vasta mayoría del mundo ha sido engañada una vez más, y nos encontramos ante un panorama repetido: de humanitarias, las acciones de la OTAN pasan rápidamente a ser guerras con cientos o miles de bajas civiles, enquistan además guerras civiles en países a donde no existían previamente, y sus procedimientos de "libertad duradera" se eternizan en los territorios conquistados o en proceso de conquista.

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