Al día de hoy Los Aliados se encuentran presionando nuevamente en la ONU para sacar una nueva de esas resoluciones propiciatorias por las que recurren al Consejo de Seguridad, cuando se trata de amenazar y sancionar a Estados no adictos, remisos, refractarios a las reconversiones neoliberales, como ocurre, en este caso, con Siria. Ya se sabe que aunque diversos gobiernos adictos violen los derechos humanos o las mismas resoluciones de la ONU, los Aliados dejan dormir al Consejo de Seguridad. Pero no en casos como este: casos indefendibles de nacionalismo, de gobiernos que ejercen políticas populistas nefastas para los intereses del mercado.
No lo han conseguido esta vez tan fácilmente como en el caso de Libia. Pero volverán a la carga. Parece que algunos estados, entre los que se destaca Rusia y China le han cortado por ahora a la OTAN el camino a las sanciones y a la intervención extranjera. Bienvenida sea un poco de racionalidad, de contención, de prevención ante las consecuencias de tantas guerras encabalgadas como las que lidera el Premio Nobel de la Paz Obama.
La reciente experiencia de la votación de la resolución 1973 que le allanó a ImperioOTAN el camino al desencadenamiento de la guerra en Libia, debe haber curtido un poco más la gruesa piel de la vasta mayoría de miembros del Consejo frente a la descomunal ola de presiones que deben estar recibiendo ahora frente al nuevo caso, y a las que recibirán aún de las potencias colonialistas.
Las transcripciones del día 17 de marzo que contienen las palabras textuales de las intervenciones inmediatamente posteriores a la votación de aquella nefasta resolución 1973, muestran que la "vasta mayoría" de los miembros del Consejo de Seguridad , tanto los que acababan de votar a favor como los que se abstuvieron, reclamaron de forma inmediata, clara y nítida a los promotores del sucio texto, que honraran en adelante el compromiso de no desencadenar acciones bélicas basándose en el texto ambiguo, tal como les habían asegurado, para apurarlos a votar favorablemente el texto. La rápida, confusa, y maquiavélica discusión previa dejó pasar horrendamente al texto escrito aquel inocente "por todos los medios necesarios" que llevaba toneladas y toneladas de bombas escondidas en su entraña. Los miembros del Consejo reclamaron así mismo continuar con la misión de paz iniciada por la secretaría de la ONU, cuyo informe se omitió deshonestamente en esas discusiones según expresaron India, Rusia,China y otros países. El informe del enviado especial de la ONU a Libia, el Sr. Abdel-Elah Al-Khatib que fue y volvió de Tripoli, por el escándalo de manipulación que supone dentro de la ONU, no ha sido presentado aún al día de hoy.
Como dijo en ese momento el embajador de India en la ONU, "el informe nos hubiera proporcionado un análisis objetivo de la situación sobre el terreno. La Unión Africana también está enviando a un grupo de alto nivel a Libia para desplegar esfuerzos serios destinados a lograr el fin pacífico de la crisis. Debemos recalcar la importancia de los esfuerzos políticos, en particular los del Enviado Especial del Secretario General, por abordar la situación."
El caso de esta desaparición del enviado especial de la ONU que no ha rendido aún el informe al Consejo de Seguridad encargado por Ban Kin Moon muestra que este secretario de la ONU, más bien debería llamarse Ban In Moon, porque este enigmático coreano parece que está en la Luna, o se hace el que está en la Luna más bien, mientras apoya no tan sesgadamente, la nueva resolución contra Siria y todas las acciones punitivas y/o los silencios cómplices que exige ImperiOTAN frente a cada uno de los conflictos en el mundo.
La resolución 1973 es fraudulenta no solo por las adiciones dolosas que se le hacen día a día, los nuevos desarrollos guerreros que se le prueban. La resolución es un fraude en si misma, desde su gestación. Se trata a todas luces de una estafa de la que fueron víctimas la "vasta mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad" puesto que en la discusión previa, les ocultaron información y les vendieron explícitamente "una acción pacificadora", y basados en esta maniobra, lograron hacer pasar entrelíneas y equívocos enemigos, guerreros y venenosos al texto de suave superficie humanitaria. Toda esta manipulación mafiosa se reveló a continuación cuando descubrieron desvergonzadamente el plan que habían escondido previamente a los compradores ingenuos de "la nueva" intervención humanitaria. (escribí detalladamente sobre estas transcripciones en "En Libia y por doquier la vasta mayoría del mundo ha sido traicionada" )
La estafa consiste en que frenaron la misión pacificadora del enviado especial, y con la ayuda de Ban In Moon escondieron el informe, incluso hasta el día de hoy. Inmediatamente después iniciaron los bombardeos masivos que día a día van ampliando el rango de sus objetivos, que empezaron para de impedir el uso de Libia del espacio aéreo y ha pasado por diversas etapas de incremento, para incluir ahora infraestructuras costosísimas de reconstruir, para un país en desarrollo. Por otro lado, lejos de hacer cumplir el embargo de armas en Libia que reclamaba la resolución, la OTAN está armando, entrenando y asesorando a un bando (el adicto a la OTAN) que busca derrocar a un gobierno soberano con la asistencia de los ministerios del aire de las superpotencias de ImperioNATO.
La vasta mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad ha expresado que se ha violentado el acuerdo y que no hay piso legal para lo que está haciendo la OTAN. A esto hay que agregar que la Unión Africana, uno de cuyos miembros votó, con cautela, a favor de la resolución, ha expresado que Europa y EEUU han torpedeado su propuesta de mediación pacífica para acomodar todo al escenario de guerra que pretenden. El BRIC, y cada uno de sus miembros han ido mostrándose más y más abiertamente opuestos al uso tramposo que se hace de esta resolución indigna. Los nuevos dichos del ministro de asuntos exteriores de Brasil o del Primer Ministro Ruso o del ministro de relaciones exteriores rusos son sistemáticamente ocultadas por los medios.
La vasta mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU debería ahora volver a votar una resolución que anule, invalide o restrinja y redefina claramente los límites de la resolución 1973 a la que la Santa Alianza pretende enmarcar en sus propias interpretaciones, contraviniendo, despojando, amañando con contrabandos, lo que votó explícitamente el resto del Consejo, según se puede constatar en las referidas transcripciones.
Es más, si "la vasta mayoría del mundo" acompaña esta matanza, como sugiere el prepotente ministro inglés Hague, entonces, ¿ por qué los usurpadores del Consejo de Seguridad tendrían que tener miedo de hacer una segunda votación de esa resolución o una nueva sobre Libia, en ese órgano?
O mejor aún, más democrático, cumpliendo las expectativas de la "vasta mayoría de los miembros de la comunidad mundial" ¿por qué no hacer una Asamblea General de la ONU para que se pruebe ahí en la discusión con "la vasta mayoría del mundo", que esta nueva campaña humanitaria no tiene piso, ni base legal, ni moral, ni humanitaria ni racionalidad pacificadora y se ha partido, una vez más, de una artera maniobra de engaño y a través de la misma, con la asistencia puntual de los medios adictos, se ha desencadenado una nueva guerra armada con mentiras. Quizás se pueda lograr así una resolución que ayude a promover esta otra campaña: democracia en Libia, no a la guerra, sin intervención extranjera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario