Obama argumentó en la ONU que antes de ser reconocido como Estado, Palestina tiene que lograr la paz con Israel. Estados Unidos, reafirmó, favorece un futuro en el cual los palestinos vivan en un Estado soberano sin ningún límite a lo que pueden lograr, e indicó que el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel es firme; nuestra amistad es profunda y duradera.
Recordó que “hace un año, yo estaba en este podio llamando por una Palestina independiente. Creía entonces, y creo ahora, que el pueblo palestino merece un Estado propio… Pero también dije (en esa ocasión) que la paz genuina sólo puede ser lograda entre los propios israelíes y palestinos”.
En otras palabras, claras, dejando de lado al club de los selectos aliados del imperio, al resto, les toca la siguiente preparación: solo les queda negociar en los términos que impone el invasor. Hay una larga lista de pueblos a los que esta receta de Obama se está suministrando actualmente, además, muchos otros sienten, con sobradas razones, la amenaza que esta pandemia gastronómica engendra, siguiendo las recomendaciones de la OTAN y sus chefs Obama y Clinton. Sea Israel, su aliado indeleble, probadamente genocida, o la OTAN en general, la poción se sirve actualmente, fria o caliente, en Irak o en Libia, y en muchos otros lugares, según supieron revelar las filtraciones de wilileaks. Y dice asi, lo acaba de ratificar el chef del imperio: "la paz genuina solo se puede lograr negociando con nuestros aliados, y solo en los términos que ellos impongan".
Aunque estén colonizando, a punta de armas, la tierra invadida, como es el caso de Israel.
La pax romana, mundis.
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