miércoles, 8 de febrero de 2012

La ONU y la agonizante ley internacional a punto de sufrir su tiro de gracia.

Si a estas alturas ya no les importa ni el veto de Rusia y de China, los aliados imperialistas están a punto de darle el tiro de gracia, el tiro final a la agonizante ONU.  ¿Es esto algo que les convendrá finalmente a alguien más que al puñado de monstruosos capitales buitres que fogonean por otra gran guerra? Mirando a la economía capitalista desde Irak, si se ve para atrás, ¿le convino al capitalismo? Asesinar ahora en público y a destajo a la ONU ¿les convendrá finalmente? Está por verse si las acciones rapiñeras les darán al capitalismo demente un poco de alivio y estabilidad.
La inminente destrucción de la ONU, inimaginable hace solo un año atrás, probará por fin, en vivo y en directo que esta institución era solo un sello descartable, una entidad fantasma. Las potencias colonialistas la utilizaron cuanto quisieron, mayormente para su propio beneficio y expansión.
La nebulosa ley internacional quedará a partir de ese momento descaradamente abolida.  El Tribunal Penal Internacional ya fue abordado por la piratería de los estados imperialistas al mando de su mercenario cojo, el conde fantasma Moreno Ocampo.
Después vino el ignoto e inescrutable Ban King Mono. (Tribunal Penal Mundial contra él!)
Estados Unidos utilizó cientos de veces su poder de veto para interceptar cada una de las declaraciones de condena o preocupación por los abusos criminales de su aliado Israel cuando mata y sitia mortalmente a Palestina.
Ahora EU y la Clinton y todo el coro de caretas del Audi se escandalizan por el veto de Rusia y de China (que aseguraban que no iba a vetar!! ¡¡JjJjJjJj! Asi es como presionan en público los canallas, con sus secuaces, los miedos of corporation of comunication. Solo porque por una vez este acto de vetar fue utilizado para frenar sus descaradas ansias de guerra, sus amenazas que ya hacían casi inexistente a la ONU, el chillido de guerra que lanzan los medios, casi al unísono, cada día.
La Clinton está en la cima del peñazco, decidida a arrojarse, jalándose mesiánicamente de los pelos, huyendo ciegamente hacia adelante. Abrazados a ella, siguen cientos de monos ciegos, como Obama, que desde su campaña electoral, solo aprendió a seguir a la autómata con los ojos cerrados.  Ella no es nadie, ya se sabe. Pero entonces, ¿quienes son los dementes que están arrojando la piedra más ciega que nunca conociera la humanidad? ¿Y quienes son entre esa humanidad los contados televidentes que no cierran los ojos ahora, antes del mortal salto? Todos los barcos, todas las bombas todas las almas en pena se dirigen ciegamente al Estrecho. ¡Capitalismo salvaje o muerte!

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